
"La DANA nos dio un baño de realidad a todos y demostró lo débiles que podemos ser de forma individual y lo fuertes que somos cuando nos unimos y nos coordinamos”. Así de rotundo se muestra Raúl Tudela, presidente de la Associació Empresarial Alzira (AEA), al recordar aquellos días de octubre y noviembre de 2024, en los que no solo tuvo que ser presidente de la AEA, también tuvo que hacer frente a los daños en su empresa. “Fue un periodo de preocupación constante, ya que también fuimos afectados y tuvimos que poner toda la maquinaría a funcionar en apenas unos días y con muchas afecciones tanto en lo humano, como con una parte importante de nuestros clientes, proveedores y equipos.
Aun así, desde el primer momento colaboramos, desde nuestra especialidad, en la retirada y gestión de los residuos generados, en coordinación con clientes, ayuntamientos, operadores y muchos amigos de otras partes del país que contribuyeron a acelerar la vuelta a la normalidad”, recuerda.
Ese mensaje de unidad fue también el centro de un acto organizado meses después de la DANA, junto con la Agrupació Empresarial d’Algemesí, bajo el lema Per un renàixer amb força, en el que ambas asociaciones hicieron un llamamiento a la unidad para que ningún empresario se sintiera solo. “Aquel acto supuso un punto de inflexión, fijamos una metodología de información al asociado y reforzamos la coordinación comarcal. El mensaje fue y es claro: unidad y corresponsabilidad”. Algo que en la práctica, lo han trasladado a tres acciones: atención directa y grupos de apoyo para incidencias post DANA y otras preemergencias; canales de comunicación (listas y grupos sectoriales) para compartir oportunidades y alertas, y proyectos conjuntos en áreas industriales y comercio, con calendarios de campañas y eventos que facilitan ventas, posicionamiento y comunidad.
Avanzar en la recuperación
Una unidad, coordinación y corresponsabilidad que ha sido clave en estos meses, para avanzar en la recuperación. Principalmente en dos frentes, por un lado, en la recuperación empresarial y, por otro, en la gestión de residuos y limpieza ambiental. “Esto ha permitido normalizar entornos y reducir riesgos sanitarios y operativos”, afirma el presidente de AEA, que también señala cuatro grandes preocupaciones que, a día de hoy, siguen estando presentes: la necesidad de liquidez e inversiones para reparar daños y blindar instalaciones; los costes energéticos y aseguramiento (franquicias, primas, coberturas); la burocracia asociada a ayudas, licencias y obras de refuerzo, y la búsqueda de talento cualificado para acelerar el mantenimiento preventivo y la digitalización que evite paradas futuras.
“Desde AEA y la EGM estamos priorizando planes de seguridad y movilidad, protocolos de emergencia y la interlocución técnica con las Administraciones para agilizar procedimientos en la comarca”, señala Raúl Tudela que además apunta: “Como gestor de residuos, mi experiencia me ha enseñado que la gestión pos-emergencia exige criterio técnico, agilidad y coordinación. En la DANA, esa visión operativa ayudó a priorizar: seguridad, logística de retirada, minimizar tiempos de inactividad y cumplimiento ambiental. Hemos visto cómo las administraciones han activado contratos extraordinarios para la retirada de residuos y cómo los ayuntamientos han realizado limpiezas preventivas en cauces, un esfuerzo que debe consolidarse en planes permanentes y protocolos comarcales”.
En sus casi diez años al frente de la AEA, Raúl Tudela ha vivido varios momentos difíciles, como la pandemia, “que nos enseño cómo en un segundo puede cambiar el mundo entero, limitando de forma excepcional todos los parámetros de nuestra vida”. Pero de todos esos momentos complicados, el presidente de la AEA siempre saca una enseñanza: “nos han demostrado lo importante que es tomar decisiones correctas, con ejecución rápida y coordinada, y lo importante que es aprender de los errores cometidos”.
Unidad y cooperación empresarial
Quien conozca a Raúl sabe que la DANA no hizo más que reforzar su empeño en favor de la unidad y la cooperación empresarial. Y para muestra su papel en diferentes organizaciones a lo largo de estos años, porque, además de presidir la Associació Empresarial Alzira desde 2017, forma parte de la junta directiva de la CEV, en calidad de vocal por la AEA; ha ejercido como vicepresidente de FEPEVAL (Federación de Polígonos Empresariales de la Comunitat Valenciana), desde donde han trabajado para profesionalizar la gestión de las áreas industriales y promover la figura de las EGM (Entidades de Gestión y Modernización) y es presidente de la EGM Parque Empresarial El Pla. Todo ello sin perder de vista el día a día de su empresa, Recuperaciones Xúquer, compañía familiar con sede en Alzira y con una actividad consolidada en la Comunitat Valenciana, especializada en la gestión y valorización de toda clase de residuos, así como en el asesoramiento a empresas en materia de medioambiente y economía circular.
En toda esta actividad, siempre ha habido un principio que ha guiado la actuación de Raúl Tudela: “La empresa es una misión colectiva: generar empleo, innovar y mejorar el territorio”. Y si echa la vista atrás, se siente satisfecho haber llevado ese principio a la AEA cuando entró como presidente. Primero porque han reforzado los servicios de asesoramiento a los asociados en ayudas y subvenciones, formación, digitalización y comunicación, así como han consolidado las campañas de comercio local y los eventos tractor —como la Semana de la Economía o la Ruta Outlet—, y también han mejorado la visibilidad de los negocios asociados en canales propios y medios locales. Segundo porque han avanzado en la colaboración público-privada. “Dimos un salto cualitativo con la constitución de la EGM El Pla y el trabajo paralelo en otras áreas, avanzando en planes de seguridad y movilidad, y alineando inversiones municipales y autonómicas con las necesidades reales del tejido productivo”. Y, por último, Tudela señala que se ha fortalecido la interlocución con CEV, FEPEVAL y otras organizaciones sectoriales, “trayendo a Alzira debates de calado (reforma laboral, digitalización, sostenibilidad) y reforzando la marca empresarial de la Ribera”.
Retos del tejido empresarial de Alzira
Y mirando al futuro, tiene claro cuáles son los retos del tejido empresarial de Alzira y cómo hacerles frente, por lo que quiere continuar un nuevo mandato. ¿Y cuáles son esos retos? Por un lado, “seguir dando valor a la asociación para que tanto los que estamos como los que quieran venir veamos el beneficio que aporta el pertenecer a una asociación dinámica como la nuestra. AEA y la EGM El Pla seguirán siendo aliados exigentes de la administración y cómplices leales de nuestros empresarios. Nuestro compromiso es claro: unidad, rigor y resultados”. En este sentido, Tudela reclama “rebajar la presión que actualmente tienen la empresas por parte de todas las administraciones; la situación se ha vuelto inviable para la pyme. Esto está llevando a que cada vez haya menos interés en la creación de empresas y se está produciendo una absorción de la pyme por grandes corporaciones y esto hace que el territorio cambie de forma sustancial”.
A ello se une el consagrar las EGM como modelos de gestión avanzada, con servicios de alto valor (seguridad integral, movilidad sostenible, mantenimiento inteligente, digitalización de incidencias) y gobernanza transparente. “Contar con una EGM registrada como El Pla nos permite profesionalizar la gestión del parque, planificar inversiones y conciliar intereses público-privados con transparencia y objetivos medibles: seguridad, movilidad, limpieza, digitalización y promoción de suelo. Es una ventaja competitiva para atraer y retener empresas en la Ribera”.
Precisamente la atracción de inversión a la comarca, aprovechando su ubicación y mejorando la promoción de suelo y servicios compartidos del parque es otro de los retos que señala el presidente de la AEA: “La Ribera del Xúquer ofrece una combinación diferencial: ubicación y accesos; un ecosistema industrial en crecimiento y con El Pla como parque competitivo con EGM activa, servicios comunes en despliegue y marca comarcal en red; un buen capital humano, donde destaca la red de FP y la tradición productiva basada en las cadenas de valor agroalimentaria, metal-mecánica, envase-embalaje y economía circular, y el empuje de la colaboración público-privada, un modelo de gobernanza que reduce tiempos y mejora la confianza inversora. La propuesta de valor es clara: coste-tiempo-talento en equilibrio, con acompañamiento empresarial desde el día uno”.
Y el cuarto reto es cuidar el talento y fomentar el empleo, a través del impulso del portal de empleo y los vínculos con FP y los centros tecnológicos, “para ajustar oferta y demanda de perfiles técnicos e industriales, con especial foco en jóvenes y recualificación”. Además de incentivar la creación de empresas por parte de los jóvenes a través del itinerario Emprende en la Ribera, que ofrece mentorización exprés (60-90 días) con empresarios senior, validación de modelo, puentes a microfinanciación y primeros clientes a través de la red AEA; la FP Emprende/Dual, con proyectos fin de ciclo con empresas locales, con premios semilla y contratos de aprendizaje si el piloto funciona, y fomentando micronegocios de servicios industriales, mantenimiento, e-commerce de proximidad y servicios verdes (gestión de residuos, eficiencia energética) donde la comarca ya tiene demanda.
Facilitar la innovación de las pymes
Además, Raúl Tudela añade un cuarto propósito para esta nueva etapa: hacer que esa innovación “que las pymes la llevamos siempre dentro; la realizamos de forma más sencilla o diferente que las grandes empresas, que la tienen más institucionalizada en su estructura”, sea más notoria. Para ello, considera clave eliminar todas las trabas no productivas, "que son muchas” y apostar por una formación dual con FP y centros tecnológicos, orientada a técnicos de planta, “que permita adoptar y mantener las mejoras sin depender solo de consultores externos”.
Sin olvidar impulsar una “agenda proactiva” entre la AEA y REDIT y sus institutos “para bajar la innovación al taller: diagnósticos, pilotos de economía circular (subproductos, trazabilidad de residuos), eficiencia energética, ensayos de materiales y automatización de procesos. Nuestra función podría ser traducir las necesidades de un proyecto y acompañar a la pyme hasta el resultado medible”.