
Romina Moya se define a sí misma, y a su equipo de GAIN (Gestión de Áreas Industriales), como poligoneras. Y es que esta ingeniera se mueve como pez en el agua en ese mundo y trabaja intensamente para la modernización y transformación de las áreas industriales que dirige. Romina comenzó en 2013, cuando dejo atrás una trayectoria significativa como directora comercial en el sector de la consultoría para gestionar los polígonos de Almussafes (‘Juan Carlos I’ y ‘Norte’). En la actualidad dirige, a través de GAIN (la única empresa privada de la Comunitat dedicada a la creación y gestión de EGM, nacida de la necesidad de profesionalizar la gestión de las áreas industriales y que ofrece distintos servicios de gestión y comunicación a las asociaciones y empresas), 14 polígonos.
Uno de ellos es la Asociación Empresarial Polígonos Riba-roja A-3 (Rib A3). Creada en 2016, dos años más tarde contactaron con Romina Moya para profesionalizar la gestión de la asociación, siguiendo el ejemplo de lo que había hecho en Almussafes, “tanto su presidente de entonces Andrés Morata como uno de los miembros de la junta, Baldemar Asensio, fueron muy insistentes y persuasivos, querían que le diera valor a la asociación y acepté”. Y en estos diez años han pasado de ser 38 asociados a 225 y de ocho mil euros de presupuesto a casi cien mil. Además, se ha potenciado la comunicación, a través de revistas y de la creación una base de datos para mantener informados a los socios de cualquier tema que les afecte y se ha fomentado el networking y el asociacionismo a través de distintos actos, formaciones y eventos que ha organizado la asociación. También han sido muy activos a la hora de reclamar mejoras en el área industrial a las distintas Administraciones públicas.
Un papel activo en la DANA
Un trabajo, junto con ese perfil poligonero del que presume Romina, que fue de gran ayuda el pasado 29 de octubre de 2024. Desde primera hora de la mañana estuvo mandando WhatsApp y avisos a las empresas de sus áreas en Riba-roja del Túria, para avisarles de lo que podía ocurrir. “No teníamos información de organismos oficiales, pero aun así sabíamos lo que venía y pudimos dar parte de los avances de la situación de emergencia al margen de los avisos oficiales”, recuerda Romina Moya, que reclama mejorar la comunicación con los organismos oficiales, para una mayor información y coordinación ante estas situaciones de emergencia, y así poder tomar decisiones adecuadas. “Tenemos contacto directo con empresas y trabajadores, a través de nuestros canales podemos difundir la información certera, de los organismos oficiales, masivamente, para evitar las situaciones que se han producido con las personas, que al final es lo más importante”. Además, la gerente de Rib 3 resalta la necesidad de contar con planes de emergencia industriales, “son vitales para llevar a cabo acciones coordinadas que eviten posibles situaciones de peligro en ocasiones excepcionales como la vivida con la DANA”.
Porque Riba-rroja de Túria fue una de las zonas industriales más afectadas por la DANA. Según un informe realizado por la Asociación empresarial Rib A3 en diciembre de 2024, sobre la situación y la valoración de los daños el 30% de las empresas aún no habían podido retomar la actividad un mes después y casi un 11% no tenían certeza de cuándo podrían hacerlo. Los daños eran transversales en la mayoría de las empresas en todo tipo de instalaciones, maquinaria, materias prima y vehículos. El 68% todavía tenían afectados los accesos a sus naves, mientras que el 40% necesitaba maquinaria para poder limpiar el interior de las mismas y un 20% requería mano de obra para conseguir realizar el saneamiento. En cuanto a la afectación a los equipos de las empresas, el 48% tenían daños en los elementos informáticos, en más de un 70%, cifra que se elevaba al 57% en el caso de la maquinaria de trabajo.
La digitalización es clave
Ese día también se puso de manifiesto la importancia de uno de los grandes caballos de batalla de Romina y de su equipo: la digitalización es clave para poder articular una comunicación eficiente entre la gerencia de las áreas industriales y las empresas que las conforman. Y para ello es necesario contar con una base de datos unificada que permita comunicarse con todas las personas que integran un área industrial. Gracias a esa base de datos de las empresas de la Asociación Rib A3 y del EGM PLV (y también en el EGM Horno de Alcedo) pudieron dar parte de los avances de la situación de emergencia y permitió que muchas empresas o bien cerraran o bien confinaran a sus trabajadores, quienes fueron evacuados a la mañana siguiente por el Ayuntamiento como ocurrió en los polígonos de Riba-roja de Túria.
Pero, además, esa digitalización también sirve para reportar incidencias o problemas que ocurran en el entorno para que el equipo de gerencia pueda ponerse en contacto con el organismo pertinente para darle solución, agilizando los trámites y facilitando la actividad de las empresas. Además, GAIN está desarrollando una App en la que cualquier persona que entre a un polígono podrá tener información actualizada de la ubicación de cada empresa, teléfonos de interés, reporte de incidencias, incluso podrá disponer de las últimas comunicaciones relativas a cortes de tráfico o de suministros como luz y agua. “Esto permitirá que no solo las empresas puedan estar al tanto de la última hora del área industrial, sino que cualquier visitante (transportistas, clientes, comerciales, etc.) tenga acceso a información relevante del polígono en el que se encuentre”.
Precisamente en esa digitalización de las áreas industriales Romina Moya ve muchas posibilidades de colaboración con la Red de Institutos Tecnológicos (REDIT): “Podemos ser el altavoz de sus innovaciones y acercarlas a las empresas, porque muchas son pymes que necesitan de esa cooperación para que la innovación llegue a sus negocios y les ayude a ser más competitivas”.
Las EGM, una herramienta imprescindible
La DANA también puso en valor otro caballo de batalla de Romina Moya: las Entidades de Gestión y Modernización (EGM). Precisamente su llegada a Rib A3, donde ahora están trabajando para implantarla, coincidió con la entrada en vigor de la ley 14/2018 que permitió la creación de Entidades de Gestión y Modernización en las áreas industriales, “una herramienta imprescindible para la mejora de los polígonos, por ejemplo, en la DANA comprobamos la necesidad de tener planes de emergencia industriales, que en una EGM son obligatorios”.
El contar con el respaldo de esa figura animó a Romina para continuar su lucha para profesionalizar la gestión de las áreas industriales de la Comunitat y para impulsar la creación de EGM en los polígonos en los que estaba presente. “Una EGM profesionaliza la gestión, además se ponen en marcha planes de actuación para mejorar de manera sustancial los polígonos y que suponen el compromiso de las administraciones para atajar los problemas. Este es el mejor ejemplo de lo que la colaboración público-privada puede lograr, remando juntos para mejorar el tejido productivo”, asegura.
Actualmente, la empresa de Romina Moya ha creado casi el 42% de todas las EGM de la Comunitat Valenciana, de las cuales gestiona el 32%. En la provincia de Valencia, la cifra de entidades creadas asciende hasta el 50% y cuenta entre sus clientes con las áreas industriales Juan Carlos I y Polígono Norte de Almussafes, PLV (Parque Logístico de Valencia) en Riba-roja o la recientemente creada en la pedanía Horno de Alcedo, único polígono de la capital.
Y ahora está trabajando en implantar la EGM en Rib A3, en el sector 14. Las empresas de esta área industrial han mostrado su predisposición a iniciar el procedimiento de creación de la Entidad de Gestión y Modernización, la que sería la primera EGM impulsada por la asociación, que quiere llevar esta figura a todos los polígonos del área industrial. Una iniciativa que desde Rib A3 se considera imprescindible para ahondar en la mejora y modernización de las áreas industriales del municipio, una de las zonas económicas más importantes de la provincia de Valencia y con mayor proyección gracias al crecimiento del sector logístico. En ese objetivo, Romina ha contado con el apoyo tanto del actual presidente de la asociación, Eugenio Sánchez (El Corte Inglés), como del anterior, Andrés Morata (Nederval).
La gerente de Rib A3 reconoce que es muy insistente en este tema y no le duelen las prendas a la hora de reivindicar las necesidades de unas zonas que “tradicionalmente han sido olvidadas, porque nadie duerme allí, ni vota allí”. Y esa invisibilidad ha tenido consecuencias directas, como la falta de servicios, infraestructuras deficientes y una gestión fragmentada. Por eso Romina apuesta por las EGM, porque vienen a cambiar esa situación “y buena prueba de ello es cómo funcionan las que ya están creadas. Nos dedicamos a que esas zonas tengan la misma calidad de vida que las ciudades. Porque una zona industrial no es solo un conjunto de empresas. Es una ciudad que funciona durante el día y las personas que trabajan allí también tienen derecho a un entorno digno”.